EL NACIMIENTO DE LA PATRIA

                                           

El 25 de mayo de 1810, luego de una semana agitada y motivada por hechos acontecidos en el mundo como la invasión de Napoleón a España, la Independencia de los Estados Unidos y la Revolución Francesa, sumado a la defensa y la reconquista de Buenos Aires luego de las invasiones inglesas un tiempo atrás e invadidos por un espíritu patriota, un grupo de criollos se dio cuenta de no era utópico un gobierno propio. Es así, que mediante reuniones secretas entre un grupo de destacados hombres como Manuel Belgrano, Hipólito Vieytes, Nicolás Rodriguez Peña y Juan José Paso entre otros, se comenzó a gestar lo que al día de hoy conocemos como La Revolución de Mayo. Esas reuniones clandestinas y secretas se hacían en la jabonería de Vieytes y en la casa de Rodriguez Peña.

                         
  El día 15 de mayo una embarcación inglesa le trajo la noticia al Virrey Cisneros que la Junta de Cádiz estaba pronta a caer en manos francesas. Esa noticia se confirmó el día 17 cuando otra embarcación, la John Parish Robertson, llegó a estas tierras, por lo que un día después, el mismo Cisneros llamó a luchar para "defender a Fernado y la libertad e independencia de toda intención de dominio extranjero". A su vez llamó a las provincias a no tomar medidas sin consultar previamente. Inmediatamente los Comandantes de Armas se reunieron para evaluar la situación y las medidas a tomar. En las calles, los vecinos empezaban a inquietarse.

La Semana de Mayo

19 de Mayo: Dada la situación que se vivía en España la gente comenzó a pedir que se realizara un Cabildo Abierto para tratar la situación. Por tal motivo, Manuel Belgrano y Cornelio Saavedra se reunieron con Juan José Lezica para que, con el visto bueno de Cisneros, se diera lugar a ese pedido. Por su parte Juan José Castelli hizo lo propio con el procurador Julián de Leiva.

20 de Mayo: En la fortaleza, el Virrey Cisneros convoca a los jefes militares y les hace el pedido de apoyo pero éstos le dicen que no. Durante la noche, el Virrey se reunió con Castelli y Martín Rodriguez quienes le exigieron que convoque a un Cabildo Abierto para tratar la situación. Cisneros acepta y convoca a los vecinos más destacados para debatir sobre la grave situación que se vivía en España.

21 de Mayo: Se concentran algunas personas en la puerta del Cabildo para apoyar el reclamo. Se reparten 450 esquelas con invitación al Cabildo Abierto del día 22.

                                                         
  

22 de Mayo: Concurren a la invitación 250 vecinos y la sesión comienza a las 9 de la mañana. Justo Nuñez (escribano del Cabildo) se proclama a favor de aceptar toda medida impulsada por el Virrey y expuso lo que representaba el peligro portugués. A las palabras de Nuñez le siguieron las del Obispo de Buenos Aires, Benito de Lue y Riega quien expuso que en América debían seguir gobernando los españoles (aunque cayeran en su tierra) y que los criollos solamente podían gobernar cuando no quedase ningún español en estas tierras. Juan José Castelli se pronunció a favor de la soberanía criolla y de un gobierno independiente ejercido por el pueblo de Buenos Aires. Por el lado de los grupos militares tomó la palabra Ruíz Huidobro quien sostuvo que Cisneros tenía que dejar el mando dado que la autoridad que lo nombró había caído.
El  fiscal Manuel Genaro Villota por su parte, decía que el pueblo de Buenos Aires no representaba a todo el Virreinato y por ende no podía tomar el mando y por eso sus resoluciones carecían de validez. Nepomuceno Solá, el presbítero, se pronunció a favor de entregar el poder al Cabildo hasta tanto se reuniera una Junta integrada por diputados de todo el Virreinato. Juan José Paso sostuvo su idea de formar una Junta que gobernara lo antes posible.
Una vez que expusieran los presentes se procedió a la votación y se impuso la propuesta de Saavedra que el Cisneros debía cesar en el mando y entregarlo al Cabildo hasta que se votara por una Junta que gobernara a través de la participación popular.

23 de Mayo: Se procedió al escrutinio de los votos que se habían efectuado el día anterior. A favor de la destitución del Virrey hubo 155 votos contra 69 a favor de que siguiera ejerciendo el mando. Manuel José de Ocampo y Tomás de Anchorena fueron los encargados de comunicarle al Virrey que había cesado en su cargo. Ese cargo quedaba en manos de una Junta de Gobierno a nombre de Fernando VII.

24 de Mayo: Se conforma la Junta de Gobierno, quien juró esa tarde, formada por el Virrey Cisneros (que pese a ser relevado de su cargo fue nombrado al frente de la Junta para no llevar alarma al las provincias del interior), Nepomuceno Solá, Juan José Castelli, Cornelio Saavedra y José Santos Incháurregui.
Una vez comunicada la conformación de la Junta de Gobierno el descontento no se hizo esperar ya que Cisneros no era aceptado por los vecinos. Conforme a ese descontento los ánimos se empiezan a aumentar y la agitación popular encontró su forma entre los comerciantes, vecinos, conventos y cuarteles.
Antonio Beruti y Domingo French fueron los destacados de las revueltas acompañados por otros jóvenes llamados "Chisperos" que eran integrantes de la Lgión Infernal.

                                                    


25 de Mayo: Sumándose al descontento popular, Cornelio Saavedra y Juan José Castelli renunciaron al tiempo que se resolvió la renuncia de la Junta comandada por Cisneros a quien le exigieron imponerse a través de la fuerza. Al ser consultados, los jefes militares negaron su apoyo, que era fundamental para poder lograr ese cometido.
Mientras tanto en el Cabildo, los exaltados criollos, que debieron ser controlados por el comandante Martín Rodríguez comenzaron a golpear las puertas bajo el grito "Queremos saber de que se trata". Bajo lapresión popular, el Cabildo acepta la renuncia de la Junta de Gobierno y un grupo de jóvenes, encabezados por Antonio Beruti dio a conocer la lista de las personas que integrarían la nueva Junta de Gobierno y un pedido de enviar un contingente de 500 hombres al interior.
En el Cabildo se le pidió un respaldo a la solicitud de 400 firmas en un petitorio y Julián de Leiva salió al balcón al grito de "¿En dónde está el pueblo?". Al oír estas palabras, un grupo de patriotas que estaban a las puertas del Cabildo pidió que se tocaran las campanas y se abrieran los cuarteles.
La suerte estaba echada: sin los medios para resistir la situación los representantes del Cabildo, reconocieron la autoridad de la nueva Junta Revolucionaria.

Comentarios

  1. Muy buen material, muy buenas fotos esta buenisimo conocer en profundidad parte de nuestra historia y de una fecha que todavia se sigue celebrando!
    Que boton que era Benito de Lue y Riega quien queria que gobiernen los españoles!
    Me emociona mucho saber que en esa epoca los que estaban al poder se reunieran con los vecinos.
    Grosos French y Berutti ahi armando revueltas!

    Excelente reseña!
    Un abrazoo

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  2. Muy bueno Daniel, gracias por compartirlo!

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  3. Muchas gracias por leer las publicaciones, les agradezco.

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